Así es, venimos al mundo con una dotación de óvulos, algunos de los cuales se activan para la ovulación, mientras que otros se ‘mueren’ o no evolucionan. Los que cada mes forman parte del proceso menstrual pueden ser fecundados, dando lugar a un embarazo.

Conocer la reserva ovárica con la que se cuenta puede determinar muchas decisiones importantes, como el momento de ser madre. Se puede saber mediante pruebas sencillas y aporta una gran información. Las mujeres son madres a una edad cada vez más tardía, fundamentalmente por factores sociales, como la inestabilidad económica o laboral. De hecho, la edad media en que las españolas tienen a su primer hijo está en 31,22 años.

Esto significa que muchas mujeres que quieren quedarse embarazadas tienen ya una baja reserva ovárica. Midiendo la reserva ovárica se puede saber cuánto tiempo hay de margen o si conviene vitrificar los óvulos (congelarlos) para ser utilizados más adelante. El hecho de que se vitrifiquen no garantiza luego el embarazo, pero ofrece una posibilidad de lograrlo mediante la reproducción asistida.