España ha promovido mas de 3000 nacimientos de niños sanos de parejas con patologías tanto de origen genético como cromosómico, desde la aplicación de la técnica del Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP) en 1994.

El DGP puede aplicarse en parejas portadoras de enfermedades genéticas con el fin de evitar la transmisión de la patología a su descendencia y en parejas estériles procedentes de programas de fecundación in vitro (FIV) para mejorar los resultados, si han fracasado en varios intentos previos. Se estima que hasta el 80% de las mujeres mayores de 40 años tienen un 79% de embriones anómalos y hasta el 905 de las mayores de 42 años. Es por esto que en algunos centros ofrecemos la posibilidad a las mujeres mayores de 38 años de realizar un DGP para garantizar en lo posible la transferencia a su útero de un embrión sin anomalías genéticas que le ofrezca mayores posibilidades de embarazo.

El primero de estos nacimientos tuvo lugar en 1994 cuando una pareja dio a luz a un par de gemelas, a quienes no les fue transmitida la hemofilia. Esta técnica presenta una eficiencia del 95% y 98%.

Entre las patologías monogénicas más frecuentes consta la fibrosis quística, la hemofilia, el Síndrome X Frágil, el Síndrome de Marfan, Corea de Huntington, Tay-Sachs, Distrofia muscular de Becker y Distrofia muscular de Duchenne, entre otras.

Gracias a esta técnica en el futuro podría reducirse el número de embriones a transferir, ya que se transferiría el embrión óptimo reduciendo las tasas de embarazo múltiple sin por ello disminuir las tasas de embarazo.

En el caso de las enfermedades monogénicas (cromosómicas), en un futuro próximo se espera que el DGP pueda aplicarse en casi todas las patologías monogénicas existentes eliminando el riesgo para futuros hijos.