Una larga serie de contaminantes ambientales difusos tienen en nuestro sistema reproductivo un efecto extremadamente dañino.Y entendemos por contaminantes difusos aquellos cuya fuente no se localiza en un punto concreto y suelen impactar principalmente sobre el aire y el agua.a Organización Mundial de la Salud (OMS) ha elaborado una lista con alrededor de 800 sustancias a las que estamos expuestos permanentemente en nuestros hogares y puestos de trabajo.Se trata, por aquello de que les suenen los nombres científicos, de ftalatos, dioxinas, furanos, PCBs, bisfenoles, alquilfenoles, benzofenonas, hormonas sintéticas utilizadas para el engorde del ganado, pesticidas y herbicidas, metales pesados, filtros UV utilizados en los protectores solares, conservantes para alimentos…Todos ellos son disruptores endocrinos capaces de alterar el sistema hormonal dando lugar a diferentes enfermedades relacionadas con la salud reproductiva.El efecto de estos disruptores hormonales es acumulativo y a menudo irreversible.