La madurez física y psíquica de la mujer hace que la edad perfecta para tener hijos sea entre los veinticinco y los treinta años. Pero, hoy en día, las parejas deciden tener hijos después de estas edades, debido en gran medida a la incorporación de la mujer al mercado laboral. A partir de los treinta y cinco años, la fertilidad femenina disminuye sensiblemente y a partir de los 45, la posibilidad de embarazo es excepcional.