El hecho de que los gametos puedan proceder de una tercera persona externa a la pareja también puede tener repercusiones a nivel de sentimientos; impotencia, incapacidad, frustración o angustia. En el caso de los hombres estos sentimientos se agravan debido a que si los gametos de donante son masculinos, el futuro padre puede sentirse aislado o arrinconado ya que su aportación respecto al futuro bebé no podrá cuantificarse a nivel «genético». También hay que tener en cuenta que cuando el donante es un hombre, el miembro masculino de la pareja también puede ver atacada su virilidad, su auto concepto y su autoestima. Los terapeutas ayudan a la pareja a pasar por este proceso, y a vivir y a disfrutar de la paternidad y maternidad en los máximos niveles emocional y psicológico.