La atrofia vulvovaginal puede llegar a ser bastante incómoda para la mujer menopáusica, y para aquella que se encuentra en el climaterio. De hecho, muchas consultan por sequedad, escozor, y molestias vaginales en esta etapa de la vida.
Normalmente, la mucosa vaginal o parte interna de los genitales femeninos es rosada, por el flujo sanguíneo, y por los estrógenos, aparte de que está humedecida por las secreciones vaginales. Pero con el climaterio, y después con la menopausia, poco a poco se va atrofiando, está más seca, y las mujeres notan molestias, como que la vulva está más blanquecina, más lisa y fina, que es más frágil y que se agrieta. La anatomía cambia y puede ser molesto.
Hay cambios en el estilo de vida, cosas que se pueden hacer que no son medicamentos y que pueden mejorar esa sensación de sequedad en la mujer. Tales como ejercicios de movilidad cadera y estiramientos, la gimnasia abdominal hipopresiva, el empleo de lubricantes como el aceite de coco o de aguacate ecológico para mantener hidratada la zona, tomar suplementos de espino amarillo; hay medicamentos obviamente también que pueden hacer que la mucosa esté más hidratada. También hay que hacer hincapié en la importancia de la actividad sexual. El empleo de vibradores o de estimuladores de la zona clitoriana hace que llegue mucho estímulo nervioso a la zona, y la sangre se redirige hacia ahí, evitando que las zonas se hagan más pequeñas y se dé esa sintomatología de la atrofia vulvovaginal.