Entre el 30 y el 50 por ciento de los hombres en edad fértil tiene un semen de baja calidad, de hecho en los últimos cincuenta años se observa un aumento en la disminución de la calidad del semen; ha disminuido de un promedio de 99 millones de espermatozoides por mililitro a 47 millones por mililitro. Si bien se han propuesto varios factores ambientales y de estilo de vida para explicar esta disminución.
Se cree que este fenómeno es el resultado de una combinación de factores ambientales (disruptores endocrinos, pesticidas, radiación) y hábitos de vida (dieta, alcohol, estrés, tabaquismo). El estrés, algunos medicamentos o la práctica de deportes de alta intensidad también algunos de los agentes que se sabe que perjudican la calidad espermática. Pero ¿qué pasa con los móviles? Hace años que se señala a la radiación electromagnética emitida por estos teléfonos como un riesgo para la calidad del semen.
La calidad del semen está determinada por la evaluación de parámetros como la concentración de espermatozoides, el recuento total de espermatozoides, la motilidad de los espermatozoides y la morfología de los espermatozoides. Según los valores establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo más probable es que un hombre tarde más de un año en concebir un hijo si su concentración de espermatozoides es inferior a 15 millones por mililitro. Además, el porcentaje de posibilidades de embarazo disminuirá si la concentración de espermatozoides es inferior a 40 millones por mililitro.
Un estudio concluye que el uso frecuente de teléfonos móviles se asocia con una menor concentración de espermatozoides y un recuento total de espermatozoides.