El dolor mamario en la mujer es uno de los motivos de consulta al ginecólogo más frecuente, especialmente entre las mujeres jóvenes con ciclos hormonales. No obstante, hay que recordar que tan solo 1% de cánceres de mama se detectan a través del dolor, por lo que siempre hay que consultar con un especialista si nos duelen demasiado las mamas, pero sin alarmarse.
Existen tres grandes grupos en los que englobar el dolor mamario:

  1. Dolor mamario asociado a cambios hormonales. Aquí incluye el dolor o tensión mamaria premenstrual; el relacionado con los cambios hormonales propios del embarazo; fruto de la toma de medicación hormonal; y consecuencia de alteraciones muy concretas, pero menos frecuentes, como por ejemplo las alteraciones en los niveles de prolactina (hormona).
  2. Dolor mamario propio de la glándula mamaria por causas físicas. Éste dice que puede producir una sensación de compresión o un efecto masa, y dar dolor, y ser fruto de cualquier tipo de infección, como por ejemplo las mastitis; o ser un dolor debido a quistes en la mama de gran tamaño; también en mamas muy voluminosas que caen por la edad se puede producir dolor por una mala sujeción del sujetador o fruto de una distensión en los ligamentos que sujetan el pecho.
  3. Dolores que se refieren en la mama, pero que no son propiamente de la glándula mamaria, sino que son de origen extramamario. Estos pueden ser fruto de la musculatura que hay detrás de la glándula mamaria, dolores de la musculatura intercostal por ejemplo. Suelen ser dolores que se refieren en la mama por estar próximos a ella, aunque no son propiamente de la mama, sino que son musculares o articulares.